Se acercan las rebajas y con ellas las compras online aumentan sin parar. ¿A quién no le gusta poder comprar al momento y desde casa aquel producto que hace meses que busca? Pues bien, antes de aceptar cualquier tipo de condición que Internet nos impone cuando compramos y, sobre todo, las páginas web, debemos conocer bien qué derechos tenemos al convertirnos en consumidores online.
¿En qué hay que fijarse?
- Debemos comprobar que la página web incorpora los datos identificativos de la empresa que vende el producto. Es decir, la denominación, el domicilio, un correo electrónico o dato de contacto, los datos de inscripción en el Registro Mercantil, así como cualquier otro dato que nos permita verificar la existencia de la entidad.
- Además, nos deberán informar de las características reales del producto, sin exageraciones ni distorsiones de la realidad. Si tenemos imágenes del producto, cuando nos llegue a casa deberá ser tal y como sale en las fotografías.
- En cuanto al precio final del producto tendremos que comprobar que se incluyen todos los impuestos, como el IVA.
- También nos deberán informar de nuestro derecho a desistir del producto. Es decir, a devolver el producto si finalmente no nos lo queremos quedar. Para hacerlo tendremos catorce días. Asimismo, cuando compramos a distancia, la empresa nos debe indicar tanto las diferentes modalidades de pago, tales como paypal, tarjeta de crédito, etc, como los plazos de entrega del producto.
No podemos olvidar que para realizar una compra online previamente aceptamos los términos y condiciones de uso de la página web y finalmente realizamos un pago. Y eso, ¿qué significa? Pues que en el momento de validar el pago estamos llevando a cabo un contrato con la empresa o entidad que hay detrás de la correspondiente página web y por tanto, como en todo contrato, tenemos que asegurarnos de que toda la información incluida es correcta y que todas las partes, en este caso empresa y nosotros los usuarios, estamos de acuerdo con las condiciones de venta y compra.
Por otro lado, debemos tener claro que nuestro ordenamiento no permite el uso de cláusulas abusivas. Es decir, no puede haber cláusulas contractuales que no hayan sido negociadas individualmente por el consumidor y que, en contra de la buena fe, causan en perjuicio del consumidor un desequilibrio en los derechos y obligaciones que derivan del contrato. Si bien nosotros no podemos negociar verbalmente con la empresa que vende productos online, sí podemos decidir si aceptar o no lo que se nos impone en su página web.
Así pues, antes de aceptar cualquier compra, ya sea o no en época de rebajas, tenemos que leer y entender bien qué nos están ofreciendo.